dimanche 16 février 2014

¿ A donde vas, Fiesta ?


El escándalo del toro despuntado ha llegado a su auge en toda le República Mexicana.
¡ Todo se despunta ! ; lo chico, lo grande y lo mediano, los fierros conocidos y desconocidos. Dicen que hay excepciones, pero a mí, en los pueblos, no me han tocado. Y a todo esto, algunos matadores hacen gala de su falta de seriedad mientras otros se dejan llevar por la comodidad impuesta. Acompañan el ambiante degenerado algunos mozos de espadas que presumen de ser doctores en la materia del afeite, aunque en realidad de poco sirve esta especialización ; la desfachatez es tal, que los astados ya salen al ruedo con los pitones cuadrados ; el público nada dice y la autoridad se calla. Ignoro el motivo del silencio de las autoridades, pero hay casos en que éstas son empresa, lo cual explica algunas anomalías.

Por otro lado, en los pueblos se están ahorrando gastos con las mulillas que entre alegres cascabeles deben marcar en noble fin del toro. Y para suplirlas se introducen tractores. Será muy práctico pero poco tradicional, poco serio y francamente feo. Por la misma orden de ideas podrían usarse tractores en la suerte de varas y espadas eléctricas para la muerte del toro.

Y como si todo lo expuesto fuera poco, cada vez salen más toros con menos fuerza. En las recientes seis corridas que he presenciado, incluyendo algunas en la capital, no se ha visto ni un quite. Hace años hubiéramos visto, en seis corridas, un mínimo de ciento ocho quites. Y es que ya no es menester quitarle el toro al caballo, sino más bien quitarle el caballo al toro.

No está por demás que se haga hincapié en todas estas realidades. No es que les tenga poco cariño a los matadores contemporáneos ; pasa todo lo contrario : veo a muchos recordando, en sus figuras, las bien queridas siluetas que repartieron conmigo otros soles y otras sombras. Lo que ocurre es que perdí a varios compañeros trágicamente muertos en el ruedo. Y no me parece admisible que se deshonre o se menosprecie una profesión que les ha costado la vida a tantos toreros decentes.

Conchita Cintron

Guadalajara, 1975.

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire